El segundo 'Dream Team' de Cruyff que pudo ser y no fue: "Con Zidane tuvo que romper un compromiso"

De todas las vidas que nos quedaron por vivir con Johan Cruyff, seguramente la que más imaginamos, también la que estuvo más cerca de concretarse, fue el segundo gran proyecto que tenía en la cabeza.
No fue posible porque el 18 de mayo de 1996 fue cesado fulminantemente por Núñez. "Ha sido cesado en el momento en el que la reunión con Bobby Robson ha salido a la luz púbica", dijo, Gaspart. Para agregar que "no podía seguir con la jeta de ocultarle a Johan los contactos... Lo serio era no ser más hipócrita y, por amistad, Johan debía saberlo".
Antes de que eso ocurriera (la idea ya rondaba a Núñez y una derrota ante el Atlético fue definitiva), Cruyff ya tenía entre manos el germen del que tenía que ser el siguiente gran Barça. Esa temporada ya había mostrado el futuro en dos grandes actuaciones. Una victoria muy recordada en el Benito Villamarín, el bautizo de la Quinta del Mini con De la Peña a la cabeza. Y un meritorio empate en el estadio del Bayern en la ida de las semifinales de la Copa de la UEFA.

Ni Rui Costa ni Ginola: Hagi, Prosinecki y Kodro
Cruyff logró que un Barça venido a menos llegara a la final de Copa, llegara hasta semifinales en Europa y no fuera hasta el final que se descolgara de la lucha por LaLiga ante el Atlético de Antic. Y lo hizo con extranjeros como Hagi, Prosinecki, Kodro, Figo y Popescu y jóvenes que empezaban a sacar la cabeza como Celades, Roger, Moreno, De la Peña o Toni Velamazán.
Otro canterano como Oscar Garcia, fue el máximo goleador de ese equipo con 10 goles, uno más que Kodro, que había venido a sustituir a un tal Romario. Un Barça exótico que tenía en la portería a Busquets, pero una generación de jóvenes a los que Cruyff les tenía fe para los próximos años.
Ese mismo verano Johan ya había intentado traer a futbolistas como Ginola, Giggs, Rui Costa o Zidane y algunos de ellos seguían entrando en sus planes para la siguiente temporada. Lo recuerda Joan Patsy, en la actualidad director de futbol del City Football Group, y en ese momento seguramente el periodista más cercano a Johan.
"En ese momento tenía la cabeza puesta realmente en tres jugadores, que eran la columna vertebral de Francia: Blanc, Zidane y Djorkaeff. Para él, esos eran los tres fichajes claves. ¿Por qué no necesitaba muchos más jugadores? Porque ya tenía a Figo y en el centro del campo a todos los de la casa: De la Peña, Óscar, Roger y Celades, que era su favorito".

Luis Enrique no fue una petición de Johan
Con la columna vertebran de Francia daba un impulso a todas las líneas claves. "Con Zidane ya tenía el tema del centro del campo solucionado y la llegada de Blanc garantizaba la salida de balón. Y después quería un jugador de área, pero que no fuera el nueve tradicional, también que saliera fuera a recibir. Y ahí encajaba Djorkaeff. Luis Enrique y Pizzi no llegaron vía Johan. Llegaron después pero no eran una petición suya".
El también periodista Xavi Torres, otra figura cercana a Cruyff, recuerda como algunos de estos fichajes provocaban escepticismo. "Parecía extraño en ese momento fichar a tres franceses, pero si te lo miras con la perspectiva del tiempo resulta que el año 96 juegan la Eurocppa y son las sensación; no llegan a ganar porque los elimina Italia por penaltis. Pero en el 98 ganan el Mundial y en el 2000 la Eurocopa. Es decir, una vez más Johan tenía razón", empieza diciendo.

"Si a estos les sumas la Quinta del Mini, Guardiola y algunos jugadores que ya tenías como Figo venía otro equipazo, no sé si para lograr todos los éxitos que tuvo el Dream Team pero sí venía un equipazo".
De todos los fichajes que tenía en la cabeza, ninguno le hacía tanta ilusión como o el de Zidane con quien llegó a hablar en varias ocasiones, incluso cuando ya sabía que no iba a seguir en el banquillo del Barça.
"Johan hace una llamada para liberar a Zidane para liberar su compromiso, entre comillas, y decirle: 'Escúchame, yo ya no puedo seguir con esto. Si te llega algo del Barça ya no es por mi parte. Haz lo que te convenga más”. Luego el Barça podía haber insistido pero se terminó marchando a la Juve', apunta Patsy.

"Zidane era el que consideraba prioritario. Es más, Djorkaeff era un jugador del que Johan había dicho al club que, si no podían traerlo, con los otros dos ya tenía suficiente. Al final el club no hizo lo de Djorkaeff y fichó a Luis Enrique". Johan le daba vueltas esos meses a qué hacer con el '9' tras el pobre rendimiento de Kodro y pensaba en recuperar el falso '9' de la época de Laudrup.
A vueltas con el '9'
"Él tenía la sensación desde la experiencia con Romario que estabas en manos de un solo jugador. Y al año siguiente, cuando Romario se va —a mitad de temporada o al tercer mes— y deja de jugar, ¿qué pasa? Que ya no tienes esos 30 goles y aún no tienes el sistema ni los jugadores para jugar como él quería. Por eso quería volver a sacrificar el tema del nueve. No quería depender de un solo jugador. Quería volver a crear esa figura. Djorkaeff era un nueve, sí, pero un nueve que salía fuera, no un nueve de área. Más tipo Benzema o Harry Kane: salen, descargan, giran y vuelven".

Adiós a la flor
Patsy también recuerda como en la temporada que fue destituido perdió la famosa flor que siempre le había acompañado en el Barça. "Cruyff se va en un momento en el que estuvieron a un paso de la final de la UEFA, a un paso de la Liga y jugaron la final de Copa. En tres o cuatro semanas perdieron todos los títulos posibles. Es como en la película 'Match Point': la moneda cayó del otro lado. Siempre le había caído a favor —Tenerife, el penalti de Koeman— y esta vez cayó en contra por muy poco".
Otro de los puntos claves de la planificación podría haber sido la portería, donde Busquets agitaba el debate con actuaciones discutibles, a pesar de jugar con los pies como un futbolista más de campo. Patsy y Torres reconocen que no recuerdan haber hablado de un posible cambio en la portería en el futuro, pero en la prensa de entonces se insistió mucho con la figura de Molina, el entonces portero del Atlético.
El debate de Busi, un portero atípico
"Al tema del portero nunca le dio demasiada importancia", recalca Patsy. "Siempre pensaba en lo ofensivo: control, juego posicional, balón en campo contrario, espacios cortos… Todo eso que ahora hace todo el mundo, pero entonces sin tanto estudio ni análisis. Johan improvisaba mucho. No preparaba partidos ni analizaba rivales. En aquella época bastaban tres conceptos. Si encontrabas jugadores técnicamente capaces de ejecutarlos, eras superior porque los demás tampoco estudiaban ni preparaban nada. Era fácil ganar porque siempre tenías la pelota".
Más allá del debate de la portería, donde no tenía dudas era con el papel de Celades, un futbolista por el que tenía devoción. "Consideraba que era el interior ideal. Incluso lo probó algún partido de lateral derecho entrando por dentro. Eso que hizo Guardiola con Cancelo o con otros laterales, Johan ya lo hacía con jugadores como Eusebio o Celades. Para él, el lateral era un jugador que debía aportar juego. Hoy en día, los equipos más fuertes son los que tienen los mejores laterales, porque ahora son futbolistas que lo hacen todo. Eso Johan ya lo entendió hace muchos años".

Algunos críticos de aquel segundo proyecto de Cruyff recuerdan a menudo que los integrantes de la Quinta del Mini no terminaron siendo top en la élite.
Una conclusión que Patsy rebate con un argumento que lo habría firmado el mismo Johan. "¿Crees que Pedro o Sergio Busquets, si no hubieran pasado por el primer equipo del Barça, habrían sido top cinco? No. Todo depende del contexto. Dentro de un contexto adecuado, los jugadores rinden al 120%; en otro, al 80%. Si Abde hubiera estado con Johan o con Pep, seguramente sería un animal y seguiría en el Barça. Porque el contexto lo es todo", subraya.
"Yo creo que aquel Barça, con la Quinta del Mini, Zidane, Blanc, Djorkaeff y Johan como entrenador, tenía recorrido para volver a ganar cosas grandes".