La temporada de Vinicius Junior se ha torcido. El brasileño prometió volver “diez veces más fuerte” tras acabar segundo en el Balón de Oro 2024 —que fue para Rodri Hernández—, pero el terreno de juego ha contado otra historia: solo 13 goles en 12 meses, sin renovación y con los pitos del Bernabéu como nueva banda sonora. Su bajón, coincidente con la llegada de Kylian Mbappé, ha cambiado el ecosistema blanco.

Mbappé ha asumido los focos y el liderazgo del equipo, mientras Vinicius pierde peso tanto en el vestuario como en las gradas. En El Larguero de la Cadena SER, Yago de Vega charló con José Mari Bakero, que vio un reflejo de lo vivido en el Barça del Dream Team: “Esto nos pasó un poco a nosotros, aunque no de la misma manera ni con las mismas características, con Hristo Stoichkov y Romario”.

El exazulgrana recordó aquel verano del 93 en que aterrizó Romario en el Camp Nou: “Cuando estaba solo Stoichkov, con Koeman y Laudrup, teníamos tres pilares y todo iba más o menos bien. Pero, a partir de que vino Romario, se metieron dos jugadores con una personalidad por encima del propio grupo y nos desequilibró a todos”.

Dos situaciones paralelas

Bakero cree que algo parecido está ocurriendo ahora en el Real Madrid. “Les está desequilibrando a todos y, sobre todo, a ellos mismos. En nuestro caso, Stoichkov y Romario perdieron muchas de las cosas que tenían. ¿Cuál es el problema? Que cuando tienes dos jugadores que no entienden el papel de uno y otro, se complica muchísimo”.

La reflexión encaja con el momento que atraviesa Vinicius, obligado a decidir si acepta su nuevo rol en la sombra de Mbappé o si prefiere buscar nuevos retos lejos del Bernabéu. Lo que está claro, advierte Bakero, es que los vestuarios no perdonan los egos que chocan: o se ajusta el equilibrio, o se rompe.